Errores Comunes al Declarar Impuestos
Omitir Ingresos
Uno de los errores más frecuentes es no declarar todos los ingresos percibidos, ya sea por olvido o desconocimiento. Esto incluye tanto los ingresos principales como los adicionales, tales como bonificaciones o ingresos de otras actividades económicas.
Consecuencias
El SAT puede detectar discrepancias en los ingresos, lo que puede resultar en auditorías fiscales y multas considerables.
¿Cómo evitarlo?
Es recomendable llevar un control detallado de todos los ingresos y revisar los estados financieros antes de presentar la declaración.
No Realizar Deducciones Correctas
Otro error común es no aprovechar las deducciones permitidas por la ley, o bien, realizar deducciones no válidas. Las deducciones deben estar debidamente respaldadas por facturas electrónicas y deben cumplir con los requisitos del SAT.
Consecuencias
Si se hacen deducciones incorrectas, es posible que el SAT rechace la declaración o incluso aplique multas.
¿Cómo evitarlo?
Consultar con un contador público para asegurarse de que todas las deducciones sean válidas y estén debidamente documentadas.
Presentar la Declaración Fuera de Tiempo
El SAT establece fechas límites para la presentación de las declaraciones fiscales. No cumplir con estas fechas puede acarrear recargos y sanciones.
Consecuencias
El incumplimiento de los plazos puede generar multas y recargos por mora. Además, puede alertar al SAT sobre posibles irregularidades en tus finanzas.
¿Cómo evitarlo?
Programar recordatorios y contar con el apoyo de un contador que te ayude a cumplir con las fechas establecidas.
No Conservar la Documentación
Muchas veces, las empresas no conservan correctamente los comprobantes fiscales, lo que puede ser un problema en caso de una auditoría.
Consecuencias
El SAT puede solicitar comprobantes que respalden las declaraciones presentadas. Si no se cuenta con estos documentos, es posible que se apliquen multas.
¿Cómo evitarlo?
Guardar todos los comprobantes de pago y facturas durante el periodo que establece la ley, generalmente 5 años.